Y termina la semana laboral, pero el ser madre continúa sin descanso. Porque ahí, con los huesos adoloridos, la espalda rota por la silla de la oficina y las ojeras por quedarse hasta tarde trabajando con la compu, está una mamá que solo quiere el fin de semana para abrocharse a su bebé y llenarlo de besos. 🥰
Sin embargo, apenas se tiran juntos en la cama arranca el llanto, los caprichos y los gritos. No importa si le dicen que estuvo tranquilo todo el día, porque lo que la mata a ella es que eligió ese momento, ese pedacito que le tocó a ella para traer más caos al caos que ya estaba. Su bebé en vez de traerle la añorada paz le trajo más de lo mismo y ella sufre pensando que seguramente es su culpa.
Ella llora #HechaBolita en posición fetal como vino al mundo, porque anhela esa paz del útero. Ese flotar si preocupaciones y rodeada de contención. 🥺
Ella llora porque en vez de calmarlo se quiere sumar. Quiere gritar como él a ver si se le va la angustia. A ver si todo se ve diferente después. Y quizás, con suerte, no sea una mala madre después de todo, sino solo otra mujer que carga con el peso de dos mundos (el laboral y el familiar) y no le queda resto para lidiar con nada más.
¿Le damos un abrazo? Dale, la va a ayudar, aunque sepamos que esa mamá.... sos vos misma. 😘
Ilustración 🎨 de @this_mama_doodle
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