Vitácora de entrenador Pokémon N°640. Volvimos a salir al
parque a cazar nuevas criaturas, pero solo encontramos los mismos Pidgey y
Rattata de siempre. Por un momento pensamos que había un Lapras cerca cantando,
pero en realidad era una niña que lloraba porque la habían arrollado con una
bicicleta. Nos metimos en los juegos infantiles persiguiendo a un Charmander,
pero solo atrapamos los mocos que alguien dejó pegados en las paredes.
Ya no sé cuántos animales hay en el Pokédex ni me importa.
Lo único que sé es que bajé cinco kilos llevando a mi hijo a jugar esta
porquería todos los fines de semana y esa musiquita ensordecedora me hace
querer arrojar el celular bien lejos. Con cada actualización de la App mi
dispositivo anda más lento y ya ni puedo escuchar un audio de WhatsApp sin que
se quede congelado. Mi hijo todo el tiempo me pregunta si evolucionaron sus
huevos, pero lo único que sé es que se inflaron los míos. Mis testículos ya no
soportan más esta cagada que me está llevando al borde de la locura. Cada vez
que el niño participa en un torneo tengo que andar reviviendo con pociones del
orto a unos bichitos virtuales y él me mira como si les estuviera haciendo RCP.
En verdad estás harto ¡jajajaja!
ResponderEliminarSimplemente pasó la emoción y te diste cuenta que hay cosas probablemente más divertidas que andar cazando pokemones.